martes, 13 de octubre de 2009

Buscando por internet he encontrado un artículo muy interesante sobre la incorporación de e-books, o libros electrónicos, en las universidades españolas. El hecho es que las universidades comenzarán a entregar e-books como préstamos bibliotecarios (esto es como la propia palabra indica, un préstamo, no un regalo). La universidad pionera en este campo ha sido la Universidad de Alcalá de Henares, que por lo pronto ha dotado a los estudiantes de Humanidades, Historia y Estudios Hispánicos de estos "nuevos libros" con más de 1300 títulos de monografías de historia, arte, filosofía y filología pertenecientes a la plataforma de humanidades e-excellence de Liceus. Sin embargo, los alumnos podrán incluir todos los títulos que deseen o encuentren en bibliotecas con lectura electrónica, como la Biblioteca Nacional de España. Este hecho es un gran paso en la adaptación de las bibliotecas 2.0 en la vida de los estudiantes, que tendrán mayor facilidad para encontrar los libros necesarios para llevar a cabo su labor, ya que muchas veces es realmente complicado encontrar un título necesario en el mercado, habiendo igualmente únicamente uno o dos ejemplares en la biblioteca para todos los alumnos de una universidad. Es, por tanto, un gran paso no solo para los alumnos y profesores, sino para la vida cotidiana de las personas, que poco a poco se van familiarizando con este tipo de tecnologías tan cómodas como útiles.
No obstante, pienso que esto también es un inconveniente para las biblitotecas tradicionales que, debido a estas nuevas tecnologías basadas en libros electrónicos (no solo mediante los e-books,sino
también a través de internet y bibliotecas virtuales), van teniendo cada vez menos afluencia de interesados en libros. Por tanto, si bien son una innovación cómoda y útil, debemos plantearnos cómo esta incorporación afecta a los libros en papel y las bibliotecas, que intentan actualizarse a través de la biblioteca 2.0 pero que también necesitan de personas que acudan a ellas para no desaparecer. Actualmente estamos lejos de que las bibliotecas tradicionales desaparezcan, porque es poca la gente que posea e-books o lea directamente de Internet. Sin embargo, el número va aumentando tan rápidamente que las bibliotecas tienen que adaptarse a pasos agigantados a las nuevas tecnologías de la información. ¿Qué opinais ustedes?

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